domingo, 27 de febrero de 2011

dinamica de la atmosfera


frecuentemente usamos en nuestras conversaciones cotidianas terminos o parametros que describen situaciones atmosfericas;esto es producto de la enorme influencia que ejerce los elementos del tiempo y clima, como factores ambientales sobre las actividades y costumbres de todos los seres vivos. sin embargo, a pesar de lo comun que pudiera parecer las definiciones de los terminos, en muchas ocasiones encontramos que estos terminos son usados erroneamente por la gran mayoria.

De esta manera podemos definir el tiempo como "el estado de la atmósfera en un lugar y un momento determinados"; y el clima ,"como la sucesión periódica de tipos de tiempo".
Por tanto la mejor forma de abordar el análisis del clima sería a través del estudio de los tipos de tiempo, estableciendo sus características, sucesión y articulación habitual a través de las estaciones. En efecto los seres vivos no perciben aisladamente los distintos meteoros. Según sople el viento o esté en calma, llueva o no, el sol brille o esté nublado, una misma temperatura ambiente será percibida de forma diferente por los organismos y producirá una vegetación también distinta. Sin embargo para poder tener una visión completa de los climas a nivel del globo, no queda otra solución que analizar separadamente los elementos del tiempo. Estableciéndose así los distintos climas a partir de los valores medios de la temperatura, presión atmosférica, dirección y fuerza del viento, cantidad de nubes, humedad, cantidad de lluvia etc., registrados durante un período de tiempo muy largo, generalmente de treinta años. La utilidad del concepto de clima se debe a que, por ejemplo, la temperatura media de un lugar durante un período de treinta años es prácticamente la misma que durante otros treinta años distintos. Esto nos permite decidir si el clima de un lugar es frío o cálido. El registro continuo de los datos meteorológicos permiten igualmente apreciar las posibles variaciones o cambios que se pudieran producir a la norma establecida para un determinado lugar.

El tiempo atmosférico a una hora específica, por ejemplo, a las doce del mediodía, viene determinado por la temperatura, presión atmosférica, dirección y fuerza del viento, cantidad de nubes y humedad entre otros. Todos estos elementos deben ser registrados en el instante que se considera para definir el tiempo. Estos elementos, pueden cambiar rápidamente, por lo que el tiempo atmosférico también lo hace. Una zona determinada no presenta la misma temperatura a las 12 del mediodía que a las 6 de la mañana.
El tiempo puede ser igual en diferentes lugares, por ejemplo Madrid, París y Caracas, las tres capitales, pueden tener el mismo tiempo en un momento dado, por ejemplo, un dí­a con lluvia en las tres, da lugar a un mismo tiempo lluvioso. Sin embargo, es evidente que estas tres ciudades no tienen el mismo clima, ni siquiera parecido. La diferencia del clima viene dada, entre otros factores, por la vegetación que rodea a cada una de estas ciudades: exuberantemente tropical en Caracas, abundante en bosques y praderas en Parí­s y de tipo estepas y reseca en Madrid. Así pues, el tiempo traduce algo que es instantáneo, cambiante y en cierto modo irrepetible. El clima, en cambio, aunque se refiere a los mismos fenómenos, los traduce a una dimensión más permanente duradera y estable.

De esta manera es posible definir el tiempo como "el estado de la atmósfera en un lugar y un momento determinados"; y el clima ,"como la sucesión periódica de tipos de tiempo

elementos y factores climatologicos


Factores del clima.
También el clima depende de la altitud, latitud, relieve, distribución de tierras y mares, las corrientes marinas, la vegetación,...

Los factores y elementos climáticos son de dos tipos: matemáticamente constantes como la latitud, variables o inciertos como los vientos predominantes, la influencia marítima y las corrientes marinas.

La latitud influye en la modificación de la temperatura desde el Ecuador hacia los polos. También la latitud tiene influencia en las precipitaciones, puesto que en las zonas ecuatoriales las corrientes de aire caliente ascendente provocan las lluvias, mientras que hacia los trópicos, el aire desciende seco.

La altitud modifica la temperatura. La altitud respecto al nivel del mar influye en el mayor o menor calentamiento de las masas de aire. Es más cálido el que está más próximo a la superficie terrestre, disminuyendo su temperatura progresivamente a medida que aumenta la altitud, unos 6,4º C cada 1.000 metros de altitud. Por ejemplo, Mérida a 1.647 metros de altura sobre el nivel del mar tiene unos 15º C de promedio anual de temperatura y el Pico Bolívar a 5.005 metros presenta una temperatura promedio de 0º C. La presión y la temperatura disminuyen con la altura.



El relieve al igual que los océanos modifican la temperatura, así las áreas cercanas a los mares tienen climas frescos, los inviernos son menos rigurosos y los veranos más frescos dando origen a los climas marítimos. En aquellas zonas donde no llega la influencia marítima, la temperatura alcanza límites extremos tanto en invierno como en verano provocando los climas continentales.

Las corrientes marinas intervienen también en la modificación del clima, ya que llevan calor hacia las regiones polares y viceversa.

Los vientos intervienen igualmente en la modificación de los climas. Los vientos húmedos que vienen del mar, precipitan su humedad al descender su temperatura. Luego se calientan y ascienden regresando al mar para repetir el ciclo. A esto se le llama brisa del mar. Cuando el aire es más frío en tierra éste se dirige hacia el mar y entonces, el aire más caliente desciende sobre la tierra para continuar el ciclo.

Zonas Climáticas.
Los climas se describen con arreglo de códigos previamente acordados o con términos descriptivos un tanto imprecisos en su definición, sin embargo resultan útiles. A escala global se habla del clima en términos de zonas, o cinturones, que pueden trazarse entre el ecuador y el polo en cada hemisferio. Para definir estas zonas hay que tomar en consideración la circulación en la capa superior de la atmósfera, o estratosfera, así como en la atmósfera inferior, o troposfera, zona donde se manifiesta el clima.

En condiciones ideales, es posible suponer que el aire caliente asciende a lo largo del ecuador y desciende cerca de los polos. Así pues, el cinturón ecuatorial tiende a ser una región de baja presión y períodos de calma interrumpidos por tormentas eléctricas, asociadas a enormes nubes llamadas cúmulos. Debido a los períodos de calma, este cinturón recibe el nombre de doldrums (estancamiento). Se desplaza ligeramente hacia el norte del ecuador durante el verano boreal y hacia el sur durante el meridional. Por contraste, el aire desciende en las regiones polares. Esto produce una elevada presión atmosférica y vientos secos y helados que tienden a radiar hacia el exterior, desde los polos.

Este panorama no es tan sencillo, ya que se debe tomar en cuenta la rotación de la Tierra , que desvía los componentes norte y sur de la circulación atmosférica. Así, los vientos tropicales y polares tienden a ser del Este (vientos procedentes del Este), y se desarrollan dos cinturones intermedios en cada hemisferio. A unos 30° de latitud N y S, hay una zona de alta presión en la cual, el aire de las capas superiores, desciende y se divide enviando corrientes hacia el ecuador. En el hemisferio norte soplan vientos regulares del Noreste, y del Sureste en el hemisferio sur. Estas zonas de alta presión producen áreas áridas en los continentes, pero hacen que el aire se cargue de humedad sobre los océanos debido a la evaporación. Si estos vientos regulares chocan con una isla dispuesta a modo de barrera topográfica o con la costa de un continente, el aire húmedo se eleva hasta zonas más frescas dando lugar normalmente, a fuertes lluvias.

Entre los 50° y los 60° de latitud N y S se encuentra un cinturón de baja presión caracterizado por los vientos dominantes del Oeste, que son desviados hacia el Suroeste en el hemisferio norte y hacia el Noroeste en el hemisferio sur. En este caso las precipitaciones se relacionan con los frentes polares; el aire frío de los vientos polares del Este penetra por debajo del aire cálido y húmedo de los vientos del Oeste que, al enfriarse, liberan la humedad que contienen. En invierno, ésta es la causa de la mayorí­a de las nevadas en los continentes.

Elementos del Clima.
Los principales elementos que definen el clima son: temperatura, presión, humedad, precipitaciones (lluvia, nieve, rocío, niebla, etc.), nubosidad y viento.

Temperatura: La temperatura atmosférica es el indicador de la cantidad de energía calorífica acumulada en el aire. La temperatura de un lugar se establece mediante promedios. Se habla de temperaturas medias (diarias, mensuales y anuales) y de oscilación o amplitud térmica, que es la diferencia entre el mes más frío y el mes más cálido de un lugar. La temperatura varía en las diferentes regiones de la Tierra y se debe a la inclinación del eje terrestre y a los movimientos de rotación y traslación de la Tierra. La temperatura disminuye desde el Ecuador hacia los polos

La presión: La presión atmosférica, es el peso de la masa de aire por cada unidad de superficie. Por esto, la presión suele ser mayor a nivel del mar que en las cumbres de las montañas, aunque no depende únicamente de la altitud. Las grandes diferencias de presión se pueden percibir con cierta facilidad. Con una presión alta nos sentimos más cansados, por ejemplo, en un día muy caluroso. Con una presión demasiado baja (por ejemplo, por encima de los 3.000 metros ) nos sentimos más ligeros, pero también respiramos con mayor dificultad.


La presión del aire se mide con el barómetro, que determina el peso de las masas de aire por cm2, se mide en milibares (mbs) y se considera un nivel de presión normal, el equivalente a 1.013 mbs. Las diferencias de presión atmosférica entre distintos puntos de la corteza terrestre, hacen que el aire se desplace de un lugar a otro, originando los vientos. En los mapas del tiempo, los distintos puntos con presiones similares se unen formando unas líneas denominadas isobaras.



La humedad: La humedad indica la cantidad de vapor de agua presente en el aire. La humedad depende en parte de la temperatura, ya que el aire caliente contiene más humedad que el frío.

La humedad relativa:
Se expresa en forma de tanto por ciento (%) de agua en el aire.
La humedad absoluta:
Se refiere a la cantidad de vapor de agua presente en una unidad de volumen de aire y se expresa en gramos por centí­metro cúbico (gr/cm3).
La saturación:
Es el punto a partir del cual una cantidad de vapor de agua no puede seguir creciendo y mantenerse en estado gaseoso, sino que se convierte en lí­quido y se precipita.


En climatología, es de sumo interés el estudio de la humedad ya que debido a ella se suceden las precipitaciones que influyen de manera importante en el clima. La humedad de las masas de aire se mide con el higrómetro, que establece el contenido en vapor de agua. Si el higrómetro marca el 100%, el aire ha llegado al máximo nivel de saturación, si marca más del 50% se considera el aire húmedo y menos del 50% se considera aire seco.

Precipitaciones: Las precipitaciones se establecen mediante los totales de agua de lluvia recogidos en los pluviómetros, las cantidades se suman y determinan el régimen pluviométrico del lugar o zona, estimándose como lugar seco o húmedo, o estación húmeda o de humedad constante.

lluvias orograficas
La lluvia orográfica es la producida por el ascenso de una columna de aire húmedo al encontrarse con un obstáculo orográfico, como una montaña.[1] En su ascenso el aire se enfría hasta alcanzar el punto de saturación del vapor de agua, y una humedad relativa del 100%, que origina la lluvia.

La orografía juega un papel importante en la cantidad, intensidad, distribución espacial y duración de la precipitación. En Nueva Zelanda se dan algunas de las precipitaciones más intensas del planeta, especialmente en algunos puntos muy localizados de los llamados Alpes Neocelandeses, la mayor parte de las cuales sobre el lado de barlovento de la Isla Sur, mientras que el lado de sotavento es mucho más seco.

En el sur de Alemania, un fenómeno muy conocido como el föhn se debe a la sombra orográfica de los Alpes. Cuando el viento en Baviera, en Suiza o en Austria viene del sur, la mayor parte de la humedad que contenía ha producido lluvias intensas en el lado meridional de las montañas, de forma que al descender por la vertiente septentrional (norte) que corresponde en este caso a la vertiente de sotavento, es muy seco y tiene menor capacidad calorífica, llegando al fondo de los valles o llanuras con temperaturas anómalamente altas por el calentamiento adiabático del aire. A los secadores de pelo se les llama föhn en alemán. En el oeste de los Estados Unidos se le denomina chinook, nombre indígena que hace referencia al viento del oeste después de atravesar las montañas Rocosas cuando se calienta al bajar después de haber perdido su humedad en el ascenso por las laderas occidentales de las cordilleras.

los procesos terrastres


La superficie topográfica se modifica continuamente por la acción conjunta de procesos geológicos externos (erosión litoral, erosión de suelos, sedimentación, movimientos de glaciares, colapsos kársticos, expansividad de arcillas, migración de dunas, etc.) y de procesos geológicos internos (movimientos de placas litosféricas, terremotos, erupciones volcánicas, etc.). Estos procesos, además del clima y la litología y estructura de los materiales terrestres, condicionan el tipo de relieve.

El cambio del relieve terrestre se produce a diferente escala (desde desplazamientos de las placas litosféricas hasta la migración de pequeñas dunas), con diferente magnitud (desde la variación de varios cientos de metros de la cima de un volcán hasta décimas de milímetro por procesos de erosión) y con distinto rango de tiempo (desde fenómenos instantáneos como la caída de rocas hasta otros que duran anos como los procesos de reptación).

PROCESOS GEOLÓGICOS INTERNOS

Los terremotos, las erupciones volcánicas, el levantamiento de cadenas montañosas, entre otros, son desencadenados por la energía interna de la Tierra, siendo éstos responsables de la construcción continua de nuevo relieve. Aunque algunos de estos procesos, como la formación de una cordillera, son lentos (varios mm/ano), otros llegan a tener un carácter violento y repentino. Por ejemplo, durante la erupción del volcán St. Helens (Estados Unidos), el 18 de mayor de 1980, disminuyó la elevación de la cima casi 400 m. La ultima erupción en España, producida en el volcán Teneguía (Isla de La Palma) en 1971 arrojó un volumen aproximado de materiales volcánicos de 40 millones de metros cúbicos. Además de las erupciones volcánicas, los terremotos constituyen otro de los fenómenos que modifican la topografía en mayor grado. Uno de los eventos más espectaculares fue el desplazamiento de más de 20 m. registrados en algunos puntos de la Falla de San Andrés (California) durante el terremoto de San Francisco de 1906.

PROCESOS GEOLÓGICOS EXTERNOS

Los agentes geológicos externos (agua, hielo y aire) a través de procesos de meteorización física (erosión) y química, transporte y sedimentación modelan los nuevos relieves producidos por los procesos geológicos internos. Aunque aparentemente estos fenómenos son menos espectaculares, también movilizan importantes volúmenes de material a lo largo de la superficie terrestre. La mayoría de estos procesos los observamos día a día y apenas llegan a apreciarse, pero ocasionalmente pueden tener un carácter más enérgico. Por ejemplo, en abril de 1986, en Olivares (Granada), durante mas de 2 semanas 3.5 millones de metros cúbicos se deslizaron con una velocidad máxima de 2 m/h (Ferrer, 1987). Otros fenómenos más lentos, son los desplazamientos de glaciares que llegan a alcanzar velocidades medias de varios centenares de m/año (Pedraza, 1996). Algunos procesos externos que pueden llegar a ser importantes, sobre todo en zonas áridas y semiáridas, son los de erosión hídrica. Por ejemplo, en áreas acarcavadas en la Depresión del Ebro se han llegado a registrar variaciones topográficas por erosión de suelo del orden de la decena de cm/año en algunas zonas, lo que puede representar pérdidas de material del orden del centenar de Tm/Ha (Sirvent, et al., 1996).


Algunos fenómenos externos pueden estar inducidos por procesos geológicos internos. Tal es el caso del flujo de todo de 30 m. de altura, que se desplazó a más de 60 km/h, depositando 1 m. de lodo sobre una extensión de 40 km2, durante la erupción del volcán Nevado del Ruiz (Colombia) en 1985.

Las rocas ígneas

(latín ignius, "fuego") se forman cuando el magma (roca fundida) se enfría y se solidifica. Si el enfriamiento se produce lentamente bajo la superficie se forman rocas con cristales grandes denominadas rocas plutónicas o intrusivas, mientras que si el enfriamiento se produce rápidamente sobre la superficie, por ejemplo, tras una erupción volcánica, se forman rocas con cristales invisibles conocidas como rocas volcánicas o extrusivas. La menor parte de los 700 tipos de rocas ígneas que se han descrito se han formado bajo la superficie de la corteza terrestre. Ejemplos de rocas ígneas son la diorita, la riolita, el pórfido, el gabro, el basalto y el granito.

rocas sedimentaria

Las rocas sedimentarias son rocas que se forman por acumulación de sedimentos que, sometidos a procesos físicos y químicos (diagénesis), dan lugar a materiales más o menos consolidados de cierta consistencia.

Pueden formarse a las orillas de los ríos, en el fondo de barrancos, valles, lagos, mares, y en las desembocaduras de los ríos. Se hallan dispuestas formando capas o estratos.

Cubren más del 75 % de la superficie terrestre, formando una cobertura sedimentaria sobre un zócalo formado por rocas ígneas y, en menor medida, metamórficas. Sin embargo su volumen total es pequeño cuando se comparan sobre todo con las rocas ígneas, que no sólo forman la mayor parte de la corteza, sino la totalidad del manto.



rocas metamorficas
Las rocas metamórficas son las que se forman a partir de otras rocas mediante un proceso llamado metamorfismo. El metamorfismo nunca implica la fusión de la roca madre y se da indistintamente en rocas ígneas, rocas sedimentarias u otras rocas metamórficas, cuando éstas quedan sometidas a altas presiones (de alrededor de 1.500 bar (unidad de presión)s), altas temperaturas (entre 150 y 200 °C) o a un fluido activo (que provoca cambios en la composición de la roca, aportando nuevas sustancias a ésta).

Las rocas metamórficas se clasifican según sus propiedades físico-químicas. Los factores que definen las rocas metamórficas son dos: los minerales que las forman y las texturas que presentan dichas rocas. Las texturas son de dos tipos, foliadas y no foliada.

domingo, 20 de febrero de 2011

Historia de la Tierra

Comienzos

El nacimiento de la Tierra, hace unos 4600 millones de años, se produjo a la vez que la formación de todo el sistema solar. Suponemos, aunque no es fácil saber como ocurrió, que masas de unos pocos kilómetros de diámetro llamadas planetoides, fueron chocando entre sí hasta formar, al cabo de unos cientos de millones de años un planeta del tamaño del actual. Su superficie estaba fundida y rodeada por una atmósfera formada por las grandes masas de vapor de agua y otros gases liberados por las rocas al colisionar.

Al cabo de unas decenas de millones de años el planeta se había enfriado lo suficiente como para que gran parte del vapor se hubiera licuado formando los océanos. Los gases predominantes en la atmósfera de esa época eran el vapor de agua, el dióxido de carbono y el nitrógeno junto a hidrógeno, y monóxido de carbono que originaban un ambiente ligeramente reducto


La vida

Hace al menos 3600 millones de años, en un océano primitivo que suponemos cargado con distintos tipos de moléculas orgánicas, aparecerían los primeros seres vivos, similares a las actuales bacterias.
Aparecieron después organismos capaces de hacer fotosíntesis que comenzaron a producir oxígeno que iba a la atmósfera. Para hace unos 1000 millones de años la atmósfera ya era similar a la actual. Oxígeno y nitrógeno eran sus principales componentes y de reductora había pasado a oxidante.


Hace unos 700 millones de años se aceleró el ritmo de aparición de nuevos tipos de vida. Todos los grandes grupos de organismos que ahora conocemos: moluscos, artrópodos, equinodermos, vertebrados, plantas diversas, etc., fueron apareciendo en unos pocos cientos de millones de años. Durante el Paleozoico los seres vivos dejan de estar limitados a la vida acuática y conquistan el medio terrestre y aéreo.

Los ciclos geológicos

Cuando se compara la Tierra con otros planetas vecinos como Marte o Venus se observan grandes diferencias, aunque el proceso de formación ha sido similar. Mientras en la Luna o en esos planetas se siguen observando claramente miles de cráteres originados por las gigantescas colisiones que los formaron, el aspecto de la Tierra es totalmente distinto.

Hay dos grandes procesos que han modelado la superficie de nuestro planeta y que han tenido una decisiva importancia en la evolución y distribución de la vida:


la existencia, por una parte, de una atmósfera y una hidrosfera ha provocado un continuo proceso de erosión, transporte y sedimentación de las rocas, en lo que se suele llamar el ciclo geomorfológico;
por otra parte, durante miles de millones de años se ha ido sucediendo un lento pero continuo desplazamiento de las placas que forman la parte externa del planeta, originando la denominada tectónica de placas. Los continentes se unen entre sí o se fragmentan, los océanos se abren, se levantan montañas, se modifica el clima, influyendo todo esto, de forma muy importante en la evolución y desarrollo de los seres vivos.


Estructura

Característico de la estructura de la Tierra es el estar formada por capas superpuestas.
La parte sólida de la Tierra está formada por un núcleo compuesto principalmente por hierro y níquel. Aquí tiene su origen el campo magnético que afecta a todo el planeta. Algunos organismos vivos son sensibles al magnetismo y lo utilizan para orientarse como, por ejemplo, algunas aves.

Rodeando al núcleo se encuentra el manto. Es la capa más voluminosa de la Tierra, compuesta por oxígeno y silicio acompañados de otros elementos como aluminio, magnesio, hierro, calcio, sodio, etc.

La corteza es la capa más externa. Las rocas que la componen son también fundamentalmente, del tipo de los silicatos, como en el manto; aunque en la parte mas externa son frecuentes los carbonatos y otras rocas sedimentarias. La estructura de la corteza no es homogénea, y en ella se puede distinguir una corteza menos densa y más rígida que forma las áreas continentales, mientras que por debajo de esta y en los fondos oceánicos se observa una corteza más plástica y más densa.

La capa líquida de la Tierra (hidrosfera) y la gaseosa (atmósfera) completan la estructura de nuestro planeta.

Movimiento de la Luna alrededor de la Tierra

La Luna es la segunda fuente de iluminación al reflejar la luz que recibe del Sol por lo que tiene una notable influencia en la vida de los organismos. Se traslada alrededor de la Tierra siguiendo una órbita contenida en el plano de la eclíptica que tarda en completar 29,53 días.
Las fases de Luna nueva, cuarto creciente, Luna llena y cuarto menguante se suceden conforme nuestro satélite va recorriendo su órbita



Las mareas son otro fenómeno provocado por la Luna con gran influencia en los seres vivos. Se deben a la atracción gravitatoria que la masa del satélite ejerce sobre la masa de agua de los océanos.


Las mareas

Las mareas oceánicas son fenómenos muy complejos. Son distintas en diferentes lugares del mundo, no sólo porque tienen mayores o menores diferencias de altitud entre las bajas y las altas, sino también porque cambia la periodicidad. En la mayor parte de las costas del océano Atlántico en un día hay dos mareas altas y dos bajas; pero en otros lugares la periodicidad es distinta


Los periodos y la altura que alcanzan dependen de varios componentes mezclados. La principal fuerza que levanta las mareas es la Luna, con un periodo (tiempo entre dos altas) de 12 horas 24 minutos, que es la mitad de lo que tarda la Tierra en rotar respecto a la línea que une la Tierra a la Luna.

Otro componente de las mareas es la atracción ejercida por el Sol. Su periodo es de 23 horas. Y su intensidad entre el 20 y el 30% de la lunar. Se han identificado otros muchos componentes, aunque el lunar y el solar son los principales. De la conjunción de todos ellos se origina la marea real en cada lugar y tiempo.

sistema universo



La Tierra posee unas características muy especiales en comparación con los demás astros que forman parte del Sistema Solar. Tiene agua abundante, la que le da, vista desde el espacio, un característico color azul, y tiene una atmósfera en equilibrio con el agua y con los seres vivos. Su superficie sólida está formada por gigantescas placas litosféricas en movimiento constante. La energía que recibe del Sol es la óptima para la vida. Ni es excesiva, como para evaporar el agua y hacer desaparecer la atmósfera, ni es tan poca que mantuviera el agua helada.
Situación

La Tierra es uno de los planetas del sistema solar. Un astro sin luz propia que recibe la energía del Sol. El Sol es una de las cien mil millones de estrellas de la galaxia llamada Vía Láctea. Una estrella roja, situada más cerca del borde externo de la galaxia que de su centro, y que no es ni de las más grandes ni especialmente distinta de otros muchos millones de estrellas similares a ella; pero de la que procede la energía que hace posible la existencia de los únicos seres vivos que conocemos en el Universo.
La magnitud del Universo, formado por miles de millones de galaxias similares a la Vía Láctea, es tan enorme que nos resulta imposible de imaginar.
La Tierra posee un satélite singularmente grande, la Luna.



Forma y tamaño

Nuestro planeta es una esfera ligeramente aplastada en los polos. Su superficie es de unos 510 millones de kilómetros cuadrados -lo que viene a ser unas 1000 veces la de España- y la longitud de su radio oscila entre 6357 km (radio polar) y 6378 km (radio ecuatorial).

Movimientos

Los seres vivos están sujetos a unos ritmos marcados por la alternancia del día y la noche, la sucesión de las estaciones y el sucederse de las mareas. Todos estos fenómenos dependen directamente de los movimientos de la Tierra y la Luna respecto al Sol.

a) Movimiento de rotación

La Tierra da vueltas sobre sí misma alrededor de un eje de rotación imaginario que pasa por los polos. La rotación terrestre es de oeste a este y tarda 24 horas -el llamado día sideral- en dar una vuelta completa.
Este movimiento de rotación es el responsable de la repetición regular del día y la noche, según suceda que el punto en cuestión esté en la cara enfrentada al sol o en la resguardada.



b) Movimiento de traslación

El otro movimiento principal de la Tierra es el de traslación alrededor del sol. En este movimiento sigue un recorrido (órbita) en forma de elipse casi circular. Prácticamente en el centro de la elipse se encuentra el sol y al plano que la contiene se le llama plano de la eclíptica.
Dar una vuelta completa alrededor del sol le cuesta a la Tierra 365,2422 días.
Las estaciones están provocadas porque el eje de rotación de la Tierra no es perpendicular respecto al plano de la eclíptica, sino que tiene una inclinación de 23º 27’.

La Tierra: un sistema complejo

Una gran parte de la humanidad actual vivimos en una sociedad industrial altamente compleja. En poco más de un siglo nuestra civilización ha pasado de la carreta tirada por caballos al automóvil y del barco de vela al avión. Los avances en medicina, agricultura, electrónica, informática, química, etc. han sido tan grandes que se ha producido una auténtica revolución, muy positiva, en la vida humana. La principal responsable de este profundo cambio ha sido la ciencia moderna.

Pero en la segunda mitad del siglo XX nos hemos encontrado, de forma un tanto inesperada, con una situación nueva. Los grandes avances científicos han traído con ellos importantes problemas. La civilización científica y técnica ha ido alterando el ambiente de una forma tan poderosa que ha llegado a ser amenazante para el equilibrio del planeta. Los problemas ambientales han pasado a ser protagonistas de la vida social y política en estos últimos decenios y conocerlos bien, con rigor científico, es una necesidad para cualquier ciudadano
Precisamente el gran interés por los problemas ambientales -que estudiaremos con detalle en este curso-, nos ha hecho entender la importancia de tener una visión global de la Tierra.

Los seres vivos, los ecosistemas, el conjunto de la biosfera, la Tierra, el Universo, son sistemas complejos en los que se establecen infinidad de relaciones entre sus componentes. Cuando introducimos una modificación en uno de estos sistemas no es fácil predecir cuales van a ser las consecuencias. No son sistemas simples en los que cuando movemos una palanca podemos predecir el resultado con exactitud.

Por esto, en el estudio de los problemas ambientales se unen muchas ciencias distintas. Biología, geología, física y química y otras ciencias positivas son imprescindibles para su estudio, pero también lo son la economía, el derecho, la religión, la ética, la política y otras ciencias sociales. En la problemática ambiental va a ser muy frecuente no encontrar soluciones únicas a las dificultades. A veces habrá un abanico de soluciones y en otras ocasiones no habrá ninguna clara y habrá que elegir la que mejor se adapte a las circunstancias en las que nos encontramos. Sería un grave error estudiar las ciencias ambientales como si fueran un conjunto de recetas claras a unos problemas perfectamente definidos. Son, más bien, una oportunidad de discutir, consensuar y probar diferentes soluciones y formas de enfrentarse con el problema, después de conocer bien todos los hechos que afectan al problema que estemos analizando.